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domingo, 23 de mayo de 2010

He estado de viaje...

Querido,
he esperado en vano tu palabra escrita,
la prometida.
La luz de la Alcarria es especial esta primavera,
los olivos en Jaen despuntan sus pezones verdinegros.
He aguardado en vano tu palabra escrita,
sé que no tienes manos, ni pies, ni boca, no puedes escribir, ni tallar
ni nada que se le parezca.
Este recóndito pueblo castellano me mira con desgana,
con la desilusión prendida en la solapa del atardecer otoñal
pero estoy buceando en Punta Cana, explorando las noches
frías en el Sahara al lado del fuego.
Dediqué parte de mi tiempo a volar en globo, ver tu sonrisa de maiz desde arriba.
LLegué a la tierrra de Oz justo a tiempo para el té con roiboos.
Había reparado en el horizonte de cada instante justo lo justo para desgranar mis incertidumbres
separar hoja a hoja las desdichas, sorberlas por un junco milimétrico soplando después
por él para fugarme en una burbuja (de desdicha) sutil, ingrávida, gentil como las pompas de jabón de Miguel.
Desdicha es des-decir, podría parecerse en exceso al silencio, a uno agrio limón, a uno broncíneo, a uno religioso... o al mío.
Lo que hay fuera o afuera no tiene importancia,
el bla,bla,bla aquí en la Antártida se queda pegado a un iceberg errante.
Tal vez, querido,
los vencejos asoman al Trópico de Capricornio (o de géminis), se despistan sin remedio...
Volví de Tombuctu sin esperanzas; el inhóspito clima desdibujó mis entrañas.
Asesté un golpe mortal al propio martirio, la pena quedará hecha trizas en un suelo untuoso, deslizante,
arrimará la potencia al acto, concluirá su exposición con palabras hermosas y sugerentes.
Ahora camino con paso firme por la estepa siberiana recordando las tardes marroquíes envuelta en las fragancias del zoco.
En Siberia todavía no hay flores pero encontré musgo amarillento, recordé la insoportable levedad de mi ser.
Deseé algún tiempo ser "trina y una": conseguí trinar, tomar una trina de naranja. Voy a ver si logro ser una.
Una en los ratos compartidos, una para todos y para mí.
He estado de viaje, espero, querido, que sepas disculpar mis pequeñas ausencias.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gustó oirtelo leer es mucho más hermoso de tus labios y con tu pasión, pero me alegro de que finalmente lo compartieras

Un beso