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lunes, 25 de marzo de 2013

CAMPO DE BATALLA


Foto: Nuria Benito Manjón "Casa de Señores" (En un pueblo de Salamanca)

Entregué la razón a la lujuria
me devolvió un campo de batalla lleno 
de deseos vivos
¡Cúanto entregar en el silencio!
Las armas son inútiles en esta pelea de pieles candentes.
Las huestes se reducen con la primera caricia,
no tiene sentido estrategia alguna frente al ardor.

Dar la batalla por perdida es ganarla.
Entregándome al deseo descubro el bien.
En este campo de batalla algunos se rinden y piensan...
otros avanzamos en sabiduría y sudor
LIBRO DEL PROSCRITO

No puedo estar más lejos de tu enredadera
de tu basura y tu sopor.
Del escándalo dormido del querer de tus sueños.
No puedo estar más lejos de tu rodar.

Hay una sombra que no me espera,
que aulla a un sol que no es el mío,
que imita mi piel y mis lágrimas de limón.
Que te encuentra en el camino de un anciano en un paso de cebra,
lento, derruido por el tiempo, que mira en un semáforo en naranja
en el que no hay oportunidad para pasar, en el que la compañía es una mentira y el sentir
siempre es dolor y soledad.

No me cuentes que el tambor de tu lavadora se mueve al revés,
no me cuentes que cuando te levantas sólo esperas la caricia de una mano que te lo dio todo.

Una palabra, sólo una palabra.
Atenazar el segundo en esta tupida maraña que siega la hierba a ras de día.

Esperaba encontrarte. No soy una niña perdida.


PROSCRITO 2

Sin ser yo la que diga que no,
pongo por empeño el otoño.
Piso sus hojas heridas,
aspiro a sus olores.
De repente, repito que esta ansia no es la mía.
La mía la conozco y se lame sus otoños en el SILENCIO
y en la HUMEDAD de todos mis labios
en una épica conspicua, atenazada y
desa-mordaz-ada.

PROSCRITO 3

De espaldas a tu espalda
sugiero que hay un espacio
imperfecto
que me acogerá.

Ya he visto esa luz de la que me hablabas
en aquel tiempo en que
sin saberlo fuimos uno, o al menos,
yo fui una contigo.

Al habitar el riff
te vivo.

Te oculto que mi tiempo
demasiado a menudo es tuyo porque el tuyo
es nada mío.

En ese placer de tu sonido, tu voz me lame y corro
a esa palabra que no poseo.


PROSCRITO 4

Vivo pendiente
del cimbreo que produce el estertor de tu presencia
cuando en otros descubro la parte de ti que nunca llega.

¡Qué proverbial es el respeto a este silencio que me impongo!

Nunca sabré qué caricia
convirtió mi alma en rock and roll
pero sé que fue tuya.

Otro poeta: "no sé quiénes sienten mi ausencia"
la tuya la siento y no tendrá remedio por empeño en el sentir.

Aquel fue un concierto "minitudinario" ¡¡¡¡¡TAN BESTIAAAAL!!!!!

martes, 12 de marzo de 2013

FUMADORA

 FUMADORA

Encendí un cigarro y miré al frente. No se me ocurrió otra cosa que acabar con él. Puse un pie delante del otro, o al lado del otro. Empecé a insultarlo, a insultarme por haberlo cobijado, por rendirme al paredón de la ausencia.
Uno aprende a convivir con una soledad de tercio, a deconstruir emociones. A veces las licua, otras las cuaja.
Llegué al parking y al pagar el ticket de salida, me autoengullí.
Me equivocaba en esa empatía que me conducía a vivir la bitácora ajena. Desde luego, había que acabar con él.
Nunca he tenido instintos asesinos pero en una situación de supervivencia era él o yo. Aprendo a priorizar.
Como patafísica del reino de Mefistófeles, albergaba el dominio del fuego. Hacer "correr" las cenizas; "polvo" al "polvo". Eso sí y después: FIN.
Era un bello final, apocalíptico y visceral. Al fin y al cabo: "carpe diem". Se acabó el amor.