
Esto es
de cuando las sonrisas
perdieron su suerte,
de cuando los rumores
dejaron de serlo
de cuando era simple
pensar en lo cierto
de cuando el cabello
movía las prisas
por tenerte atento.
Esto es
de cuando añoraba
la intuición
de cuando siempre era tarde
y siempre lo mismo,
de cuando el principio
de amarte
era ya un final,
de cuando echarte de menos
suponía un avance
de tres cuerpos,
de cuando todo riesgo
era mover los pies
sin ver
donde acababa el lance,
de cuando las mañanas olían
a humo de tabaco y café.
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