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domingo, 19 de agosto de 2012

Se arracimó el tormento y turbulento
cayó a la encina húmeda.
Un tac,toc,tac,toc acompañó la caída del fruto,
la calle parecía un vertedero de promesas calientes.
Hubo 4 silencios.
No había nada que pensar.
Hasta los gritos parecían gimoteos y el blablabla
de los micrófonos sólo vertía inmundicia de irresolubles codicias.
Los vivos parecían muertos y los zombies resucitaron para comérselos.
Cuando empezaron a gritar, sólo parecían gimoteos sus gritos, se perdían en ecos.
Ni siquiera yo creía lo que gritaba cuando alguno me mordisqueaba la pierna.
La primavera se rebeló y no daba ni flores ni calor
y ya teníamos frío, mucho frío.
Pensé que si mi geranio podía florecer en un vaso sin agua, todo era posible. Incluso tú.

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